Carta de Cracovia, 2000

PRINCIPIOS PARA LA CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN DEL
PATRIMONIO CONSTRUIDO

Reconociendo la contribución de particulares e instituciones que, en el transcurso
de tres años, han participado en la preparación de la Conferencia Internacional

sobre Conservación “Cracovia 2000” y en su Sesión Plenaria “Patrimonio Cultural
como fundamento del Desarrollo de la Civilización”,

Nosotros, los participantes en la Conferencia Internacional sobre Conservación
“Cracovia 2000”, conscientes de los profundos significados asociados con el
patrimonio cultural, sometemos los siguientes principios a los responsables de
patrimonio como una pauta para realizar los esfuerzos necesarios para
salvaguardar tales bienes.

PREÁMBULO

Actuando en el espíritu de la Carta de Venecia, tomando nota de las recomendaciones
internacionales e impulsados por el proceso de unificación Europea, a la entrada del
nuevo milenio, somos conscientes de vivir dentro de un marco, en el cual las identidades,
en un contexto cada vez más amplio, se personalizan y se hacen más diversas.

La Europa actual se caracteriza por la diversidad cultural y por tanto por la pluralidad de
valores fundamentales relacionados con los bienes muebles, inmuebles y el patrimonio
intelectual, con diferentes significados asociados con todo ello y, consecuentemente,
también con conflictos de intereses. Esto obliga a todos aquellos responsables de
salvaguardar el patrimonio cultural a prestar cada vez más atención a los problemas y las
alternativas a las que se enfrentan para conseguir estos objetivos.

Cada comunidad, teniendo en cuenta su memoria colectiva y consciente de su pasado,
es responsable de la identificación, así como de la gestión de su patrimonio. Los
elementos individuales de este patrimonio son portadores de muchos valores, los
cuales pueden cambiar en el tiempo. Esta variabilidad de valores específicos en los
elementos define la particularidad de cada patrimonio. A causa de este proceso de
cambio, cada comunidad desarrolla una conciencia y un conocimiento de la necesidad de
cuidar los valores propios de su patrimonio.

Este patrimonio no puede ser definido de un modo unívoco y estable. Sólo se puede
indicar la dirección en la cual puede ser identificado. La pluralidad social implica una
gran diversidad en los conceptos de patrimonio concebidos por la comunidad entera; al
mismo tiempo los instrumentos y métodos desarrollados para la preservación correcta
deben ser adecuados a la situación cambiante actual, que es sujeto de un proceso de
evolución continua. El contexto particular de elección de estos valores requiere la
preparación de un proyecto de conservación a través de una serie de decisiones de
elección crítica. Todo esto debería ser materializado en un proyecto de restauración de
acuerdo con unos criterios técnicos y organizativos.

Conscientes de los profundos valores de la Carta de Venecia y trabajando hacia los
mismos objetivos, proponemos para nuestros días los siguientes principios para la
conservación y restauración del patrimonio edificado.

OBJETIVOS Y MÉTODOS

1. El patrimonio arquitectónico, urbano y paisajístico, así como los elementos que lo
componen, son el resultado de una identificación con varios momentos asociados a la
historia y a sus contextos socioculturales. La conservación de este patrimonio es nuestro
objetivo. La conservación puede ser realizada mediante diferentes tipos de
intervenciones como son el control medioambiental, mantenimiento, reparación,
restauración, renovación y rehabilitación. Cualquier intervención implica decisiones,
selecciones y responsabilidades relacionadas con el patrimonio entero, también con
aquellas partes que no tienen un significado específico hoy, pero podrían tenerlo en el
futuro.

2. El mantenimiento y la reparación son una parte fundamental del proceso de
conservación del patrimonio. Estas acciones tienen que ser organizadas con una
investigación sistemática, inspección, control, seguimiento y pruebas. Hay que informar y
prever el posible deterioro, y tomar las adecuadas medidas preventivas.

3. La conservación del patrimonio edificado es llevada a cabo según el proyecto de
restauración, que incluye la estrategia para su conservación a largo plazo. Este
“proyecto de restauración” debería basarse en una gama de opciones técnicas apropiadas
y organizadas en un proceso cognitivo que integre la recogida de información y el
conocimiento profundo del edificio y/o del emplazamiento. Este proceso incluye el estudio
estructural, análisis gráficos y de magnitudes y la identificación del significado histórico,
artístico y sociocultural. En el proyecto de restauración deben participar todas las
disciplinas pertinentes y la coordinación deberá ser llevada a cabo por una persona
cualificada y bien formada en la conservación y restauración.

4. Debe evitarse la reconstrucción en “el estilo del edificio” de partes enteras del
mismo. La reconstrucción de partes muy limitadas con un significado arquitectónico
puede ser excepcionalmente aceptada a condición de que esta se base en una
documentación precisa e indiscutible. Si se necesita, para el adecuado uso del edificio, la
incorporación de partes espaciales y funcionales más extensas, debe reflejarse en ellas el
lenguaje de la arquitectura actual. La reconstrucción de un edificio en su totalidad,
destruido por un conflicto armado o por desastres naturales, es solo aceptable si existen
motivos sociales o culturales excepcionales que están relacionados con la identidad de la
comunidad entera.

DIFERENTES CLASES DE PATRIMONIO EDIFICADO

5. Cualquier intervención que afecte al patrimonio arqueológico, debido a su
vulnerabilidad, debe estar estrictamente relacionada con su entorno, territorio y paisaje.

Los aspectos destructivos de la excavación deben reducirse tanto como sea posible. En
cada excavación, el trabajo arqueológico debe ser totalmente documentado.

Como en el resto de los casos, los trabajos de conservación de hallazgos arqueológicos
deben basarse en el principio de mínima intervención. Estos deben ser realizados por
profesionales y la metodología y las técnicas usadas deben ser controladas de forma
estricta.

En la protección y preservación pública de los sitios arqueológicos, se deben potenciar el
uso de modernas tecnologías, bancos de datos, sistemas de información y presentaciones
virtuales.

6. La intención de la conservación de edificios históricos y monumentos, estén estos
en contextos rurales o urbanos, es mantener su autenticidad e integridad, incluyendo los
espacios internos, mobiliario y decoración de acuerdo con su conformación original.

Semejante conservación requiere un apropiado “proyecto de restauración” que defina los
métodos y los objetivos. En muchos casos, esto además requiere un uso apropiado,
compatible con el espacio y significado existente. Las obras en edificios históricos deben
prestar una atención total a todos los periodos históricos presentes.

7. La decoración arquitectónica, esculturas y elementos artísticos que son una
parte integrada del patrimonio construido deben ser preservados mediante un proyecto
específico vinculado con el proyecto general. Esto supone que el restaurador tiene el
conocimiento y la formación adecuados además de la capacidad cultural, técnica y
práctica para interpretar los diferentes análisis de los campos artísticos específicos. El
proyecto de restauración debe garantizar un acercamiento correcto a la conservación del
conjunto del entorno y del ambiente, de la decoración y de la escultura, respetando los
oficios y artesanía tradicionales del edificio y su necesaria integración como una parte
sustancial del patrimonio construido.

8. Las ciudades históricas y los pueblos en su contexto territorial, representan una
parte esencial de nuestro patrimonio universal y deben ser vistos como un todo, con las
estructuras, espacios y factores humanos normalmente presentes en el proceso de
continua evolución y cambio. Esto implica a todos los sectores de la población, y requiere
un proceso de planificación integrado, consistente en una amplia gama de
intervenciones. La conservación en el contexto urbano se puede referir a conjuntos de
edificios y espacios abiertos, que son parte de amplias áreas urbanas, o de pequeños
asentamientos rurales o urbanos, con otros valores intangibles. En este contexto, la
intervención consiste en considerar siempre a la ciudad en su conjunto morfológico,
funcional y estructural, como parte del territorio, del medio ambiente y del paisaje
circundante. Los edificios que constituyen las áreas históricas pueden no tener ellos
mismos un valor arquitectónico especial, pero deben ser salvaguardados como elementos
del conjunto por su unidad orgánica, dimensiones particulares y características técnicas,
espaciales, decorativas y cromáticas insustituibles en la unidad orgánica de la ciudad.

El proyecto de restauración del pueblo o la ciudad histórica debe anticiparse la gestión
del cambio, además de verificar la sostenibilidad de las opciones seleccionadas,
conectando las cuestiones de patrimonio con los aspectos económicos y sociales. Aparte
de obtener conocimiento de la estructura general, se exige la necesidad del estudio de
las fuerzas e influencias de cambio y de las herramientas necesarias para el proceso de
gestión. El proyecto de restauración para áreas históricas contempla los edificios de la
estructura urbana en su doble función: a) los elementos que definen los espacios de la
ciudad dentro de su forma urbana y b) los valores espaciales internos que son una parte
esencial del edificio.

9. Los paisajes como patrimonio cultural son el resultado y el reflejo de una interacción
prolongada a través de diferentes sociedades entre el hombre, la naturaleza y el medio
ambiente físico. Son el testimonio de la relación del desarrollo de comunidades,
individuos y su medio ambiente. En este contexto su conservación, preservación y
desarrollo se centra en los aspectos humanos y naturales, integrando valores materiales
e intangibles. Es importante comprender y respetar el carácter de los paisajes, y aplicar
las adecuadas leyes y normas para armonizar la funcionalidad territorial con los valores
esenciales. En muchas sociedades, los paisajes están relacionados e influenciados
históricamente por los territorios urbanos próximos.

La integración de paisajes con valores culturales, el desarrollo sostenible de regiones y
localidades con actividades ecológicas, así como el medio ambiente natural, requiere
conciencia y entendimiento de las relaciones en el tiempo. Esto implica establecer
vínculos con el medio ambiente construido de la metrópoli, la ciudad y el municipio.

La conservación integrada de paisajes arqueológicos y estáticos con el desarrollo de
paisajes muy dinámicos, implica la consideración de valores sociales, culturales y
estéticos.

10. Las técnicas de conservación o protección deben estar estrictamente vinculadas a la
investigación pluridisciplinar científica sobre materiales y tecnologías usadas para la
construcción, reparación y/o restauración del patrimonio edificado. La intervención
elegida debe respetar la función original y asegurar la compatibilidad con los materiales y
las estructuras existentes, así como con los valores arquitectónicos. Cualquier material y
tecnología nuevos deben ser probados rigurosamente, comparados y adecuados a la
necesidad real de la conservación. Cuando la aplicación “in situ” de nuevas tecnologías
puede ser relevante para el mantenimiento de la fábrica original, estas deben ser
continuamente controladas teniendo en cuenta los resultados obtenidos, su
comportamiento posterior y la posibilidad de una eventual reversibilidad.

Se deberá estimular el conocimiento de los materiales tradicionales y de sus antiguas
técnicas así como su apropiado mantenimiento en el contexto de nuestra sociedad
contemporánea, siendo ellos mismos componentes importantes del patrimonio cultural.

PLANIFICACIÓN Y GESTIÓN

11. La gestión del proceso de cambio, transformación y desarrollo de las ciudades
históricas y del patrimonio cultural en general, consiste en el control de las dinámicas de
cambio, de las opciones y de los resultados. Debe ponerse particular atención a la
optimización de los costes del proceso. Como parte esencial de este proceso, es
necesario identificar los riesgos a los que el patrimonio puede verse sujeto incluso en
casos excepcionales, anticipar los sistemas apropiados de prevención, y crear planes de
actuación de emergencia. El turismo cultural, aceptando sus aspectos positivos en la
economía local, debe ser considerado como un riesgo.

La conservación del patrimonio cultural debe ser una parte integral de los procesos de
planificación y gestión de una comunidad, y puede contribuir al desarrollo sostenible,
cualitativo, económico y social de esta comunidad.

12. La pluralidad de valores del patrimonio y la diversidad de intereses requiere una
estructura de comunicación que permita, además de a los especialistas y
administradores, una participación efectiva de los habitantes en el proceso. Es
responsabilidad de las comunidades establecer los métodos y estructuras apropiados
para asegurar la participación verdadera de individuos e instituciones en el proceso de
decisión.

FORMACIÓN Y EDUCACIÓN

13. La formación y la educación en cuestiones de patrimonio cultural exigen la
participación social y la integración dentro de sistemas de educación nacionales en todos
los niveles. La complejidad de un proyecto de restauración, o de cualquier otra
intervención de conservación que supone aspectos históricos, técnicos, culturales y
económicos requiere el nombramiento de un responsable bien formado y competente.

La educación de los conservadores debe ser interdisciplinar e incluir un estudio preciso de
la historia de la arquitectura, la teoría y las técnicas de conservación. Esto debería
asegurar la cualificación necesaria para resolver problemas de investigación, para llevar a
cabo las intervenciones de conservación y restauración de una manera profesional y
responsable.

Los profesionales y técnicos en la disciplina de conservación deben conocer las
metodologías adecuadas y las técnicas necesarias y ser conscientes del debate actual
sobre teorías y políticas de conservación.

La calidad de los oficios y el trabajo técnico durante los proyectos de restauración debe
también ser reforzada con una mejor formación profesional de los operarios involucrados.

MEDIDAS LEGALES

14. La protección y conservación del patrimonio edificado será más eficaces si se llevan a
cabo conjuntamente acciones legales y administrativas. Estas deben estar dirigidas a
asegurar que el trabajo de conservación se confíe o, esté en todo caso, bajo la
supervisión, de profesionales de la conservación.

Las medidas legales deben también asegurar un periodo de experiencia práctica en un
programa estructurado. Debe dedicarse una particular atención con el control de
profesionales de la conservación a los recién formados en este campo que en breve
podrán acceder a la práctica independiente.

ANEXO. DEFINICIONES

El comité de redacción de esta “Carta de Cracovia” usó los siguientes conceptos
terminológicos.

a. Patrimonio: Patrimonio es el conjunto de las obras del hombre en las cuales una
comunidad reconoce sus valores específicos y particulares y con los cuales se identifica.
La identificación y la especificación del patrimonio es por tanto un proceso relacionado
con la elección de valores.

b. Monumento: El monumento es una entidad identificada por su valor y que forma un
soporte de la memoria. En él, la memoria reconoce aspectos relevantes que guardan
relación con actos y pensamientos humanos, asociados al curso de la historia y todavía
accesibles a nosotros.

c. Autenticidad: Significa la suma de características sustanciales, históricamente
determinadas: del original hasta el estado actual, como resultado de las varias
transformaciones que han ocurrido en el tiempo.

d. Identidad: Se entiende como la referencia común de valores presentes generados en
la esfera de una comunidad y los valores pasados identificados en la autenticidad del
monumento.

e. Conservación: Conservación es el conjunto de actitudes de una comunidad dirigidas
a hacer que el patrimonio y sus monumentos perduren. La conservación es llevada a
cabo con respecto al significado de la identidad del monumento y de sus valores
asociados.

f. Restauración: La restauración es una intervención dirigida sobre un bien patrimonial,
cuyo objetivo es la conservación de su autenticidad y su apropiación por la comunidad.

g. Proyecto de restauración: El proyecto, resultado de la elección de políticas de
conservación, es el proceso a través del cual la conservación del patrimonio edificado y
del paisaje es llevada a cabo.

Redacción dirigida por:
Comité de redacción – A. Kadluczka (Polonia), G. Cristinelli (Italia), M. Zádor
(Hungría).Comité de redacción de los Directores de Áreas: Giuseppe Cristinelli (Italia),
Sherban Cantacuzino (Inglaterra), Javier Rivera Blanco (España), Jacek Purchla, J. Louis
Luxen (Bélgica - Francia), Tatiana Kirova (Italia), Zbigniew Kobylinski (Polonia), Andrzej
Kadluczka (Polonia), André De Naeyer (Bélgica), Tamas Fejerdy (Hungría), Salvador
Pérez Arroyo (España), Andrzej Michalowski (Polonia), Robert de Jong (Holanda), Mihály
Zádor (Hungría), M. Peste (Alemania), Manfred Wehdorn (Austria), Ireneusz Pluska
(Polonia), Jan Schubert, Mario Docci (Italia), Herb Stovel (Canadá – Italia), Jukka
Jokiletho (Finlandia – Italia), Ingval Maxwell (Escocia), Alessandra Melucco (Italia).